
TIME OUT
¿Qué tiene que ver la música con la arquitectura?
¿Qué tiene que ver la música con la arquitectura?
Para tener una respuesta “concreta” y “gratificante”, debes ir a wikipedia y encontrarla. En mi caso, buscaba alguna definición para robármela y pegarla, pero opté por no hacerlo. Busqué desde el principio al “compositor” Iannis Xenakis, su proceso de hacer música por medio de un instrumento canónico llamado modulador o modulor (ver: Le Corbusier, Santa
Marie de La Taourette), ocupaba ecuaciones, planos y volúmenes en vez de escribir notas musicales. Con la ayuda de este modulador la música emergía de una manera inconfundible. Una forma diferente de crear música, eso es lo suculento en la elaboración de cualquier tipo de obra: no ser tan uniforme, ser experimental: los planos, el ritmo, el espacio, las texturas, etc. El proceso evolutivo arquitectónico estuvo presente en mi vida: del restirador al Autocad y viceversa. No soy arquitecto, no quiero y no tengo la paciencia requerida para dicho estudio, pero mi hermano lo es. Las noches eran largas y eternas. El restirador se encontraba ubicado en el dormitorio compartido. Era una lata dormir bien. Había momentos en donde mi hermano no podía más, no podía trazar ni una línea, le aparecía un bloqueo mental en la elaboración de un plano. Se detenía por un momento y ponía música para relajarse. Después se seguía con la tortura para terminar el “dichoso” plano. El título para este texto, Time Out, esta dedicado a ese lapsus donde el arquitecto ya no puede más porque se ha saturado. Sé que mucha gente, para rendir más, trabaja con música y muchos otros que ni la necesitan; prefieren poner pausa al reproductor musical e irse a fumar, irse a tomar un vaso de agua o whisky, o las dos cosas al mismo tiempo. Ese es un Time Out, un tiempo fuera. Por eso cada quien inventará sus propios métodos para satisfacer apropiadamente su Time Out.

Quiero proponer, para algún Time out, la música del señor Ígor Stravinsky; hablar de Stravinsky es hablar de un hombre que, primeramente, me enganchó por el apellido. Stravinsky suena fuerte. Stravinsky es un apellido brutal, enérgico, es como un golpe seco al rostro. Este señor ruso cambió mi vida desde que acudía al kínder. Desde ese tiempo tengo la fortuna de reconocer su música . Esta música se quedó impregnada en mis oídos y venas por largo tiempo. Voy a hacer un breve relato de aquella ocasión.

D V S.
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