sábado, 26 de diciembre de 2009




TIME OUT

¿Qué tiene que ver la música con la arquitectura?



Para tener una respuesta “concreta” y “gratificante”, debes ir a wikipedia y encontrarla. En mi caso, buscaba alguna definición para robármela y pegarla, pero opté por no hacerlo. Busqué desde el principio al “compositor” Iannis Xenakis, su proceso de hacer música por medio de un instrumento canónico llamado modulador o modulor (ver: Le Corbusier, Santa Marie de La Taourette), ocupaba ecuaciones, planos y volúmenes en vez de escribir notas musicales. Con la ayuda de este modulador la música emergía de una manera inconfundible. Una forma diferente de crear música, eso es lo suculento en la elaboración de cualquier tipo de obra: no ser tan uniforme, ser experimental: los planos, el ritmo, el espacio, las texturas, etc. El proceso evolutivo arquitectónico estuvo presente en mi vida: del restirador al Autocad y viceversa. No soy arquitecto, no quiero y no tengo la paciencia requerida para dicho estudio, pero mi hermano lo es. Las noches eran largas y eternas. El restirador se encontraba ubicado en el dormitorio compartido. Era una lata dormir bien. Había momentos en donde mi hermano no podía más, no podía trazar ni una línea, le aparecía un bloqueo mental en la elaboración de un plano. Se detenía por un momento y ponía música para relajarse. Después se seguía con la tortura para terminar el “dichoso” plano. El título para este texto, Time Out, esta dedicado a ese lapsus donde el arquitecto ya no puede más porque se ha saturado. Sé que mucha gente, para rendir más, trabaja con música y muchos otros que ni la necesitan; prefieren poner pausa al reproductor musical e irse a fumar, irse a tomar un vaso de agua o whisky, o las dos cosas al mismo tiempo. Ese es un Time Out, un tiempo fuera. Por eso cada quien inventará sus propios métodos para satisfacer apropiadamente su Time Out.




Quiero proponer, para algún Time out, la música del señor Ígor Stravinsky; hablar de Stravinsky es hablar de un hombre que, primeramente, me enganchó por el apellido. Stravinsky suena fuerte. Stravinsky es un apellido brutal, enérgico, es como un golpe seco al rostro. Este señor ruso cambió mi vida desde que acudía al kínder. Desde ese tiempo tengo la fortuna de reconocer su música . Esta música se quedó impregnada en mis oídos y venas por largo tiempo. Voy a hacer un breve relato de aquella ocasión.




El primer contacto con la música de Strabinsky fue cuando la proyección de la película Fantasía de Disney. Recuerdo una sala de cine llena de gritos. Todos gritabamos al ver hipopótamos en falda danzando de un lado para otro, hongos bailarines. Teníamos razón. Nadie. Ningún adulto tuvo la gentileza de explicarnos antes de la proyección sobre los genios musicales que estábamos a punto de escuchar. Cuando empezaron las primeras notas de “Le Sacre du printemps” traducido al español como “La consagración de la primavera”, me quedé simplemente helado. Alguna vez en nuestra vida nos hemos preguntado ¿Como fue la evolución de la tierra? ¿Cómo se formó el universo? Luis Buñuel dijo que, el subconsciente trabaja en la oscuridad de la memoria, esa respuesta no la obtendremos ni viendo mil horas de Discovery Channel, tú eres el único en crear tu respuesta. Según Ígor Stravinsky y wikipedia, la consagración de la primavera muestra las etapas que los seres vivos tuvieron que pasar, desde los primeros organismos unicelulares hasta los más complejos, como los dinosaurios. Hablar de toda la obra de Stravinsky seria demasiada extenso, solamente tomo este fragmento de su obra, un ballet que puede ayudar a relajarte o tensarte con ese extraordinario in crescendo, a darte una idea de la Creación que tienes en mente mientras tomas ese tiempo fuera. No debes perder la oportunidad de escuchar este ballet, créeme, es exquisito y placentero para tener un tiempo fuera agradable y diverso.




D V S.

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